en unos minutos empieza el esperado sorteo del Gordo... no sé si es por la crisis, si es que no ha hecho frío hasta ahora -y, cuando lo ha hecho, ha sido demasiado y no apetecía salir a la calle- o si es que ya no sale apenas el anuncio de la lotería... quizás soy yo sola, pero está a punto de empezar y aún no estoy emocionada pensando qué haría si me toca...
quizás estoy así porque después de muchos años, hoy no voy a poder ver el sorteo -dudo que en xxx me dejen, ni siquiera, poner la radio-... así que quizás estoy toda la mañana pasando frío, viendo como llueve sin poder salir a tomar un café, fregando el suelo cada vez que entra alguien sólo a mirar... y resulta que, en el minuto m, la niña x y el niño y de San Idelfonso han sido fotografíados con mi número impreso en la bolita marrón... aún no lo sabré, pero de repente seré millonaria y mi vida va a cambiar...
mmm... 300.000 euros (imposible que sea más, porque no he jugado más de un décimo por número)...
lo primero que haría sería despedirme de mis compañeras de trabajo -y no porque piense que con ese dinero ya me puedo retirar, porque sé seguro que no, sino porque buscaría algo mejor tomándome un café cuando me viniese en gana-... inmediatamente después, miraría vuelos -low cost, por supuesto, no vayamos a gastarlo todo en un día- y me iría de viaje... Nueva York estaría bien, pero en esta época hace mucho frío, además es un viaje que tenemos pendiente con mis ex-socios, así que quizás propondría a Quim irnos una semanita a alguna isla paradisíaca después de fin de año -lo pasaría en Graceland igualmente- y dejaríamos NY para mayo o junio... me compraría un coche -mi viejo Peugeot 206 lo entendería-... como sería un todoterreno, debería cambiar de parking, así que aprovecharía para comprar una plaza de parking para coche y moto en el barrio... haría algún regalo a mis padres, demás familia y amigos que me apetezca... iría a cenar una noche al Bulli... encargaría en el teletienda una power plate -sigo sin conseguir ir al gimnasio-...
... sigo pensando... pero creo que no haría mucho más... de hecho, creo que la vida no puede -o no debe- cambiar tanto... Noa se seguiría despertando a las 7.00am para desayunar... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... debería dejar a mi hija en casa de los abuelos cuando Quim y yo nos fuéramos de viaje -no es que no quiera viajar con ella, me muero de ganas, pero antes necesito hacer un viaje con mi marido porque creo que nos lo merecemos... y lo necesitamos-... una semana sin verla sería duro, la echaría mucho de menos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... nuestros amigos, compañeros ideales de cenas, de conversaciones, de risas, de apoyo y ánimos -todo momentos inolvidables- seguirían siendo los mismos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-...
... y seguiría con este blog... unas semanas escribiría varios días seguidos... otras, por el contrario, no daría señales de vida... y no porque no quisiera, o porque no tuviera tiempo... quizás porque me quedaría en blanco... sin inspiración... sin poder teclear dos palabras seguidas con sentido... y eso, no hay dinero que lo cambie...
quizás estoy así porque después de muchos años, hoy no voy a poder ver el sorteo -dudo que en xxx me dejen, ni siquiera, poner la radio-... así que quizás estoy toda la mañana pasando frío, viendo como llueve sin poder salir a tomar un café, fregando el suelo cada vez que entra alguien sólo a mirar... y resulta que, en el minuto m, la niña x y el niño y de San Idelfonso han sido fotografíados con mi número impreso en la bolita marrón... aún no lo sabré, pero de repente seré millonaria y mi vida va a cambiar...
mmm... 300.000 euros (imposible que sea más, porque no he jugado más de un décimo por número)...
lo primero que haría sería despedirme de mis compañeras de trabajo -y no porque piense que con ese dinero ya me puedo retirar, porque sé seguro que no, sino porque buscaría algo mejor tomándome un café cuando me viniese en gana-... inmediatamente después, miraría vuelos -low cost, por supuesto, no vayamos a gastarlo todo en un día- y me iría de viaje... Nueva York estaría bien, pero en esta época hace mucho frío, además es un viaje que tenemos pendiente con mis ex-socios, así que quizás propondría a Quim irnos una semanita a alguna isla paradisíaca después de fin de año -lo pasaría en Graceland igualmente- y dejaríamos NY para mayo o junio... me compraría un coche -mi viejo Peugeot 206 lo entendería-... como sería un todoterreno, debería cambiar de parking, así que aprovecharía para comprar una plaza de parking para coche y moto en el barrio... haría algún regalo a mis padres, demás familia y amigos que me apetezca... iría a cenar una noche al Bulli... encargaría en el teletienda una power plate -sigo sin conseguir ir al gimnasio-...
... sigo pensando... pero creo que no haría mucho más... de hecho, creo que la vida no puede -o no debe- cambiar tanto... Noa se seguiría despertando a las 7.00am para desayunar... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... debería dejar a mi hija en casa de los abuelos cuando Quim y yo nos fuéramos de viaje -no es que no quiera viajar con ella, me muero de ganas, pero antes necesito hacer un viaje con mi marido porque creo que nos lo merecemos... y lo necesitamos-... una semana sin verla sería duro, la echaría mucho de menos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... nuestros amigos, compañeros ideales de cenas, de conversaciones, de risas, de apoyo y ánimos -todo momentos inolvidables- seguirían siendo los mismos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-...
... y seguiría con este blog... unas semanas escribiría varios días seguidos... otras, por el contrario, no daría señales de vida... y no porque no quisiera, o porque no tuviera tiempo... quizás porque me quedaría en blanco... sin inspiración... sin poder teclear dos palabras seguidas con sentido... y eso, no hay dinero que lo cambie...
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