Aprendí a escribir cuando iba a párvulos... me dieron mi primer lápiz de minas y un cuaderno Rubio titulado Escritura vertical.
Todo eran palitos y redondas que se unían de forma curiosa.
Pasados unos años he de aprender otro tipo de escritura, en la que el cuaderno es un blog, el lápiz son mis dedos y las páginas no pasan en horizontal, sino en vertical...



jueves, 31 de diciembre de 2009

... la cosadera

24 de diciembre. Por motivos que no vienen al caso, esa mañana tuve que ir a trabajar (no me tocó la lotería) a otro lugar al que no había ido nunca y dudo que vuelva alguna vez.

Entró una chica con una carpeta negra en la mano. Era morena, de pelo rizado y tez blanca. No parecía tener más de 20 años. Su voz era dulce y mostraba timidez... ¿puedo robarte cinco minutos de tu tiempo?- me preguntó… Por supuesto que sí- respondí con una sonrisa. No me costaba nada escuchar lo que me quería decir, al fin y al cabo, tengo todo el resto de mi tiempo para hacer otras cosas. Me presentó unos dibujos que había pintado en clase. Era estudiante de Bellas Artes y, junto con sus compañeros de facultad, habían organizado una exposición en la universidad para conseguir dinero para el viaje de fin de carrera a la India.

Abrió la carpeta y me enseñó sus dibujos. Eran pequeñas obras de arte -pequeñas porque no es conocida, pero seguro que algún día lo será-... Me emocioné al ver esas acuarelas tan coloridas, con tanto detalle y que tanto expresaban. Me quedé ensimismada con una en la que había una mujer con un bebé en brazos. Estaba de pie en una playa, de espaldas, mirando el mar. Una mirada de esperanza, me dijo. En un solo momento vi una historia. Le pedí si podía escribir un cuento basado en la imagen. Se emocionó al ver mi entusiasmo con su obra. Había tenido varias críticas de algunas personas a las que, como yo, les había pedido solo cinco minutos… Bellas Artes, esto es una carrera?- le había dicho con despercio un hombre… Bueno, va, te compro una, pero no al precio que dices, te pagaré menos- le había impuesto otra mujer….

Me apenó que hubiera gente que le dijera que es lo que tenía que pedir por sus dibujos. Gente que cree que puede valorar el tiempo y creatividad de otros… no puede ser que alguien ajeno les juzgue si es caro o no, si vale eso o vale menos… con esta actitud les dicen que no valen tanto como piensan. Y el problema es que la gente que está empezando, se lo acaba creyendo. Y eso le pasaba a Elena.

Me gustó mucho ese dibujo. Matrícula de Honor- me dijo. Le pregunté el precio y me dijo que el precio variaba en función de la nota que les hubiera puesto el profesor. Si era matrícula x, si era notable x menos y, … me hizo gracia esta forma de valorarlo. No podía pagarlo. Ella me lo quería rebajar, pero me negué. Le dije que prefería uno de tamaño pequeño. Ella quería sí-o-sí que me quedara el grande al mismo precio que el pequeño. Pero no lo hice. Me quedé uno pequeño. Le insistí en que no podía vender más barato de lo que ella había valorado a priori. Que no permitiera que nadie le hiciese creer lo contrario.

Estuve (ad)mirando todas las láminas. Todas tenían como tema principal la India. Paisajes, lugares, gente… Al ver una en concreto, pensé en Mariajo, mi amiga cosadera. Como nos había invitado a pasar el fin de año en su casa, le quería llevar un regalo. Llevaba días pensando en qué. Tenía que ser especial. Y lo encontré. Un 24 de diciembre. En un lugar en el que no había estado nunca y al que dudo que vuelva.

Sobre una playa, sentada en la arena, una mujer de espaldas mira hacia el mar. En sus manos tiene una cinta de flores. Está haciendo un collar. Es una cosadera.

martes, 22 de diciembre de 2009

... eso, no hay dinero que lo cambie

en unos minutos empieza el esperado sorteo del Gordo... no sé si es por la crisis, si es que no ha hecho frío hasta ahora -y, cuando lo ha hecho, ha sido demasiado y no apetecía salir a la calle- o si es que ya no sale apenas el anuncio de la lotería... quizás soy yo sola, pero está a punto de empezar y aún no estoy emocionada pensando qué haría si me toca...

quizás estoy así porque después de muchos años, hoy no voy a poder ver el sorteo -dudo que en xxx me dejen, ni siquiera, poner la radio-... así que quizás estoy toda la mañana pasando frío, viendo como llueve sin poder salir a tomar un café, fregando el suelo cada vez que entra alguien sólo a mirar... y resulta que, en el minuto m, la niña x y el niño y de San Idelfonso han sido fotografíados con mi número impreso en la bolita marrón... aún no lo sabré, pero de repente seré millonaria y mi vida va a cambiar...

mmm... 300.000 euros (imposible que sea más, porque no he jugado más de un décimo por número)...

lo primero que haría sería despedirme de mis compañeras de trabajo -y no porque piense que con ese dinero ya me puedo retirar, porque sé seguro que no, sino porque buscaría algo mejor tomándome un café cuando me viniese en gana-... inmediatamente después, miraría vuelos -low cost, por supuesto, no vayamos a gastarlo todo en un día- y me iría de viaje... Nueva York estaría bien, pero en esta época hace mucho frío, además es un viaje que tenemos pendiente con mis ex-socios, así que quizás propondría a Quim irnos una semanita a alguna isla paradisíaca después de fin de año -lo pasaría en Graceland igualmente- y dejaríamos NY para mayo o junio... me compraría un coche -mi viejo Peugeot 206 lo entendería-... como sería un todoterreno, debería cambiar de parking, así que aprovecharía para comprar una plaza de parking para coche y moto en el barrio... haría algún regalo a mis padres, demás familia y amigos que me apetezca... iría a cenar una noche al Bulli... encargaría en el teletienda una power plate -sigo sin conseguir ir al gimnasio-...

... sigo pensando... pero creo que no haría mucho más... de hecho, creo que la vida no puede -o no debe- cambiar tanto... Noa se seguiría despertando a las 7.00am para desayunar... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... debería dejar a mi hija en casa de los abuelos cuando Quim y yo nos fuéramos de viaje -no es que no quiera viajar con ella, me muero de ganas, pero antes necesito hacer un viaje con mi marido porque creo que nos lo merecemos... y lo necesitamos-... una semana sin verla sería duro, la echaría mucho de menos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-... nuestros amigos, compañeros ideales de cenas, de conversaciones, de risas, de apoyo y ánimos -todo momentos inolvidables- seguirían siendo los mismos... eso no hay dinero que lo cambie -ni quiero-...

... y seguiría con este blog... unas semanas escribiría varios días seguidos... otras, por el contrario, no daría señales de vida... y no porque no quisiera, o porque no tuviera tiempo... quizás porque me quedaría en blanco... sin inspiración... sin poder teclear dos palabras seguidas con sentido... y eso, no hay dinero que lo cambie...