ya basta... se acabó tanta tontería... que sí, que ha llegado el momento en el que ya no es una opción... tengo la obligación de hacerlo... tres veces por semana como mínimo... y cada semana... y cada mes... decidido!... he de ir al gimnasio... al mismo gimnasio en el que llevo un año apuntada -me darán algún regalo por cliente fiel?- y al que dejé de ir hace un año -vaya, qué coincidencia- porque me quedé embarazada... ya se sabe, embarazada no puedes hacer ningún deporte... y en el post-parto es fatal... y si encima llueve, vamos!...
pero el lunes que viene empiezo -si no llueve, si no me llama ninguna amiga para vernos si-o-si , si no hay ninguna urgencia del tipo el-pantalón-de-deporte-no-está-seco...-
pero claro... mmmm... llegaré y... ¿qué hago?... mmmm.... me niego a usar la máquina de correr porque aún tengo trauma con lo que me pasó el año pasado... me subí a la inofensiva máquina y puse el programa cardio... yo quería ir a mi ritmo, pero la máquina empezó a ir cada vez más rápido... y claro, yo no llegaba... no supe pararla... me caí... qué daño... aún me duele la rodilla... a lo mejor tengo una lesión y, claro, no puedo hacer deporte... ja!... es eso... no debería ir hasta estar recuperada del todo...
claro, que siempre puedo pedir que me hagan una tabla de ejercicios que no desgasten mi rodilla lesionada... pero seguro que me encuentro con el típico entrenador alto, guapo, morenazo, cachas... que me hablará con una sonrisilla diciéndome que empiece haciendo bicicleta, pero pensando: "tía, no me hagas perder el tiempo preparándote una tabla porque sé que no vas a venir más de dos días"... no, a él no voy a acudir... iré a la entrenadora... una chica con tipazo, barriga plana, con coleta alta y un chándal que le quedará divino -cómo puede ser?... a nadie le queda bien un chándal!- y que me hablará con una sonrisilla diciéndome que empiece haciendo bicicleta, pero pensando: "pobrecita, ésta se cree que por dos días que venga -eso si vuelve- va a conseguir muscularse y quemar toda la grasa..."
lo haré por libre -bicicleta, por supuesto-... ya que, por miedo a mi respuesta, más vale que nadie me pregunte que qué quiero... reducir, endurecer o tonificar?...

pero el lunes que viene empiezo -si no llueve, si no me llama ninguna amiga para vernos si-o-si , si no hay ninguna urgencia del tipo el-pantalón-de-deporte-no-está-seco...-
pero claro... mmmm... llegaré y... ¿qué hago?... mmmm.... me niego a usar la máquina de correr porque aún tengo trauma con lo que me pasó el año pasado... me subí a la inofensiva máquina y puse el programa cardio... yo quería ir a mi ritmo, pero la máquina empezó a ir cada vez más rápido... y claro, yo no llegaba... no supe pararla... me caí... qué daño... aún me duele la rodilla... a lo mejor tengo una lesión y, claro, no puedo hacer deporte... ja!... es eso... no debería ir hasta estar recuperada del todo...
claro, que siempre puedo pedir que me hagan una tabla de ejercicios que no desgasten mi rodilla lesionada... pero seguro que me encuentro con el típico entrenador alto, guapo, morenazo, cachas... que me hablará con una sonrisilla diciéndome que empiece haciendo bicicleta, pero pensando: "tía, no me hagas perder el tiempo preparándote una tabla porque sé que no vas a venir más de dos días"... no, a él no voy a acudir... iré a la entrenadora... una chica con tipazo, barriga plana, con coleta alta y un chándal que le quedará divino -cómo puede ser?... a nadie le queda bien un chándal!- y que me hablará con una sonrisilla diciéndome que empiece haciendo bicicleta, pero pensando: "pobrecita, ésta se cree que por dos días que venga -eso si vuelve- va a conseguir muscularse y quemar toda la grasa..."
lo haré por libre -bicicleta, por supuesto-... ya que, por miedo a mi respuesta, más vale que nadie me pregunte que qué quiero... reducir, endurecer o tonificar?...
