Aprendí a escribir cuando iba a párvulos... me dieron mi primer lápiz de minas y un cuaderno Rubio titulado Escritura vertical.
Todo eran palitos y redondas que se unían de forma curiosa.
Pasados unos años he de aprender otro tipo de escritura, en la que el cuaderno es un blog, el lápiz son mis dedos y las páginas no pasan en horizontal, sino en vertical...



lunes, 15 de junio de 2009

... el abridor de botellas

entra por la ventana un olor a perfume... una vecina se ha puesto una colonia que no reconozco pero que huele bien... quizás demasiado fuerte para ser las 7.50 y más teniendo en cuenta que es verano... creo que yo hubiese escogido otra fragancia más fresca, pero aún así, es agradable...

estoy sentada delante del ordenador y me siento feliz...

según cita Rojas Marcos en su nuevo libro Nuestra felicidad: "... cada uno explicamos la felicidad de una forma, pero en el fondo, cuando nos sentimos felices, identificamos muy bien ese sentimiento (...) lo llamamos de otra forma pero sabemos lo que es la felicidad cuando la sentimos..."

en tan solo tres días, he vivido y visto la felicidad revolotear a mi alrededor... ha aparecido de diferentes maneras, pero la he reconocido al momento...

... el jueves estaba en la playa, sentada en la orilla mirando el mar... Quim estaba en la toalla leyendo el periódico... al cabo de un rato, noté como me besaba en el hombro y se sentaba junto a mi... en ese momento no quería estar en ningún otro lugar ni con ninguna otra persona... era feliz con todo lo que tenía, lo que veía, lo que oía... no había nada el mundo que más me apeteciese más que estar sentada en ese trocito de arena sin otra preocupación más que la de respirar...

el viernes, comiendo con una amiga, la noté -tras varios meses de verla apagada- con una tranquilidad y paz interior que hacía tiempo que no transmitía... y me reconoció que se sentía feliz... que no tenía nada especial por lo que estarlo, pero que por lo menos había dejado de idealizar y programar su vida y se dedicaba a hacer lo que tenía que hacer en cada momento y disfrutar de ello sin pensar en el luego, en el mañana... que era un nuevo sentimiento, una nueva forma de vivir y que creía que eso era la felicidad...

el sábado, coincidí con un amigo en una cena... la última vez que lo vi, estaba pasando un mal momento... y me sorprendió -y alegró- mucho verle tan bien en tan pocos meses... lo vi de nuevo relajado, riendo y con un aspecto físico inmejorable... en un momento de la cena, alguien le preguntó: "¿prefieres la cerveza en lata o en botella?"... dudó un segundo y dijo: "... en botella, que me gusta abrirla con el abridor que hay colgado en la pared..." y me pareció verle feliz levantándose con su botellín en la mano dirigiéndose hacia el abridor...

hoy me he despertado, como cada día a las 5.00 y tras dar unas vueltas en la cama y comprobar -de nuevo- que una vez despierta no puedo conciliar el sueño, me he levantado -esta vez sin rechistar... tras varias semanas, he aprendido a tomármelo con con filosofía-... me he preparado mis Special K con Colacao y me he sentado en la terraza sin pensar en nada... tras el desayuno, me he sentado delante del ordenador... he leído noticias... he dado un paseo por mis blogs habituales... he enviado algunos emails importantes... he escogido, escuchado y cantado -varias veces- la canción escrita para un día como hoy... y he creado esta entrada...

estoy sentada delante del ordenador y me siento feliz...

en cuanto pueda tomar alcohol y, a pesar de que no me gusta especialmente, me beberé una cerveza... por supuesto, en botella... quiero sentir un nuevo momento de felicidad al abrirla con el abridor que hay colgado en la pared...

4 comentarios:

David dijo...

A veces mido la felicidad en sorpresas. Buenas y malas nacen de lo inesperado y su improvisación es la naturalidad que más disfruto.

Feliz no cumpleaños!

carola coch dijo...

gracias por tu comentario... o -mejor dicho- sorpresa...

Susanna dijo...

He llegado aquí por casualidad, buscando otra cosa. Y creo que me voy a quedar...

carola coch dijo...

susanna, mil gracias por regalarme otro momento de felicidad con tu comentario... quédate todo el tiempo que quieras... estás en tu casa...