Aprendí a escribir cuando iba a párvulos... me dieron mi primer lápiz de minas y un cuaderno Rubio titulado Escritura vertical.
Todo eran palitos y redondas que se unían de forma curiosa.
Pasados unos años he de aprender otro tipo de escritura, en la que el cuaderno es un blog, el lápiz son mis dedos y las páginas no pasan en horizontal, sino en vertical...



viernes, 5 de diciembre de 2008

lecturas en el tren...

el otro día tuve la suerte de coger el Ave a Madrid a las 07:20h... era todavía de noche, así que, aunque un poco dormida, iba dispuesta a leer el libro que me acababa de comprar y que estaba esperando -hacía meses- que saliera a la venta... pero apenas pude leer cuatro páginas... en cuanto el tren salió a la superficie, estaba amaneciendo... y algo me decía: "mírame, el libro lo puedes leer en otro momento, pero verme despertar, sólo ahora"... así que miré por la ventana y contemplé como despertaba el país... pocos coches en la autopista -aún demasiados siendo tan pronto... ¿por qué tenemos que madrugar tanto? ¿también se habrán levantado antes de que despertara el país?-... un mar plata oscuro me hizo pensar en los meses que aún quedan de invierno... llanuras con una fina capa blanca -inconscientemente, me acurruqué en el asiento... aquí debe hacer frío-... pueblos que apenas se podían ver por la niebla que los cubría -cuánto silencio-... masías solitarias de las que sale humo por la chimenea -el payés ya está preparado para afrontar un día más en el campo, lo imagino desayunando una tostada con mermelada casera que su mujer hizo con las moras que recogió a principios de septiembre-... ciudades a lo lejos con emblemáticos monumentos e iglesias fácilmente reconocibles desde el tren -si no recuerdo mal este año les llovió en su celebración-... montañas sin apenas vegetación -¿y aquí quieren construir hoteles y casinos?... tractores por caminos de tierra dejando atrás casitas blancas iluminadas por el sol -si pudiera hacer una foto...-... mira, nos volvemos a encontrar con la autopista... ahora hay más coches, y ya no llevan las luces encendidas... diviso un atasco... creo que estamos en la entrada de Madrid... bueno, debería acabar de leer por lo menos el prólogo... este libro promete...

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